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Publicado: 02-11-2017
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Redacción
Este texto es parte de una investigación sobre el comportamiento térmico de soluciones constructivas bioclimáticas, puesto en marcha por el Observatorio de la Sostenibilidad en España. El investigador principal del proyecto ha sido Servando Álvarez Domínguez (Grupo de Termotecnia. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Sevilla). En él se estudian los dispositivos externos de sombreado que se incorporan en la fachada o envolvente térmica para limitar el aumento del calor proveniente de la radiación solar en el interior del edificio.
Se contempla como punto importante la rehabilitación de la envolvente térmica en los edificios existentes. Esta medida pretende fomentar la aplicación de criterios de eficiencia energética en la rehabilitación de edificios mediante el aumento del nivel de aislamiento en fachadas y cubiertas, la mejora de la carpintería exterior y vidrios, y la incorporación de protecciones solares (todo ello desarrollado en el CTE).
El desarrollo moderno de la planificación y la construcción arquitectónica, con la reducción del espesor de los muros, ha agudizado el problema del control de la radiación solar en los edificios. La piel del edificio (envolvente) actúa como filtro entre las condiciones externas e internas para controlar la entrada de aire, el calor, el frío, la luz, los ruidos y los olores.

En general, se acepta que el cerramiento es capaz de controlar por si mismo los efectos del aire, la temperatura y el ruido. La mejor forma de controlar la radiación solar es detenerla antes de alcanzar la envolvente del edificio, en el caso de la luz, se controlará de forma más viable si se trata desde el interior de los huecos.
Los dispositivos externos de sombreado se incorporan en la fachada o envolvente térmica para limitar el aumento del calor proveniente de la radiación solar en el interior del edificio. Es por tanto una estrategia de ahorro energético enfocada a limitar la demanda de refrigeración en condiciones climáticas de verano. Teniendo en cuenta que el soleamiento es a su vez una forma de aportar calor y reducir la demanda de calefacción en condiciones de invierno, un protector solar correctamente diseñado no debe penalizar este aporte solar.
Para utilizar un elemento sombreador se debe estudiar la orientación del hueco o ventana donde se va a colocar, la geometría de los elementos constructivos relativos al cambio de la posición solar y la geografía de la localidad, así como el tiempo y la cantidad de radiación solar directa que puede traspasar el hueco en la edificación durante el año. Junto a todo esto no hay que olvidar los efectos de sombras que pueden crear los edificios contiguos.
Las técnicas de mitigación de las ganancias solares relacionadas con el sombreado, ubicación y orientación de las aberturas o ventanas y con la calidad de los vidrios, deberán estar en armonía con las decisiones de implantación y distribución de los espacios interiores. El uso de estas estrategias, o la combinación de ellas, es la forma más efectiva de alcanzar el confort térmico y lumínico en forma natural, o de reducir significativamente el consumo de energía del sistema de aire acondicionado.
Una buena orientación minimiza la carga solar en verano y la maximiza en invierno. Es conveniente una adecuada combinación de protecciones solares fijas y móviles que reduzcan esta carga, especialmente si las dimensiones o disposiciones de los huecos no son los óptimos como puede suceder en los edificios a rehabilitar. Las soluciones que se enumeran en este capítulo de protección solar están enfocadas desde el punto de vista de los climas de la península ibérica.

Los efectos de la radiación en los edificios
La radiación solar que entra a través de una ventana sin protecciones solares representa un gran aporte calorífico a los ambientes. Esta radiación es espectralmente muy cercana a la radiación infrarroja, por lo que este calor podría aumentar muy por encima la temperatura interior respecto a la temperatura del aire exterior debido al efecto invernadero. Los vidrios simples de las ventanas son transparentes a la radiación infrarroja de onda corta, por lo que ésta es absorbida y vuelve a irradiar entre las superficies y objetos interiores en forma de radiación infrarroja de onda larga. El vidrio resulta opaco para la radiación de onda larga, por lo cual este calor radiante quedará atrapado dentro del ambiente.
Se entiende por protección solar a cualquier dispositivo fijo o móvil que impida total o parcialmente el paso de la radiación solar al interior de un local o habitación.
Tendremos así: persianas, cortinas de enrollar, postigos, pantallas, parasoles, toldos, voladizos, entre otros. Otros elementos exteriores, como la vegetación de hoja caduca, también pueden producir sombra en los huecos en verano, dejando pasar el sol en invierno.
En arquitectura se habla de protección solar para referirse al efecto del sol y la capacidad de regular la temperatura en el interior de locales habitables. Indistintamente necesita protegerse del sol una superficie vidriada o una superficie opaca. En cada caso será sensiblemente diferente el modo en que el calor del sol se transmitirá al interior del local.

En los huecos de fachada, los elementos sombreadores pueden estar clasificados como fijos o ajustables, externos o internos. Las aberturas que están completamente sombreadas desde el exterior, reducen la absorción de energía procedente del Sol en un 80% [Ashrae, 1997]. En todas las estructuras exteriores de sombra, el aire debe moverse libremente para permitir que el calor absorbido por los materiales sombreadores y vidrio salga al medio exterior.
Los protectores solares deben adaptarse a la latitud del sitio, es decir, a la trayectoria y ángulo solar a lo largo del año, así como a la orientación de las ventanas en cada fachada. Estos factores definirán el tipo de protector solar más conveniente. Los tipos de protección más usuales son las protecciones fijas, protecciones móviles y protecciones orientables.
Factor solar del vidrio, Factor de sombra y Factor solar modificado de huecos y lucernarios.

Según el CTE (DB-HE1 Apéndice A, Terminología), el factor solar del vidrio (g) es el cociente entre la radiación solar a incidencia normal que se introduce en el edificio a través del acristalamiento y la que se introduciría si el acristalamiento se sustituyese por un hueco perfectamente transparente.
En el caso de superficies vidriadas o simplemente ventanas, la radiación solar llegará a la superficie exterior del vidrio y en condiciones generales medias, el 86% continuará por el interior del local hasta encontrar una superficie opaca. Dependiendo de su color parte de absorberá y parte se reflejará. La parte absorbida calentará la masa del elemento y luego de calentada irradiará calor en el espectro infrarrojo, ya no visible al ojo humano. Cada uno de estos vidrios tendrá la capacidad de frenar en parte el paso de los rayos del sol y es usual el uso de un factor para determinar dicha capacidad.
En el caso de existencia de protecciones u otras obstrucciones solares sobre un hueco, el factor de sombra, Fs, según el CTE-DB-HE-1, es la fracción de la radiación incidente en un hueco que no es bloqueada por la presencia de obstáculos de fachada, tales como retranqueos, voladizos, toldos, salientes laterales u otros.
Debido a que la posición del sol en el cielo y su relación con la superficie a tratar varía constantemente, la proporción de energía solar incidente varía con la orientación y la hora del día.
La influencia del color y del material en las protecciones solares no esta contemplada por el CTE, no obstante en una rehabilitación bioclimática se deben tener en cuenta estos parámetros, comprobándolos de forma aproximada mediante la apreciación visual, que tiene influencia en los valores de absorción y reflexión de radiación solar.

El color blanco en las persianas venecianas proporciona un 20% más de protección que las de un color oscuro, y el aluminio ofrece una protección adicional del 10%. En las persianas enrollables el efecto es más pronunciado: las de color blanco ofrecen un 40% más de protección que las de colores oscuros. El factor de sombra es pequeño cuando la protección solar es opaca y de tonalidad clara. Si la protección solar no es opaca y permite parcialmente el paso de la radiación solar el valor del factor de sombra Fs debería aumentar.
Factor solar modificado de huecos y lucernarios
Según el CTE, el factor solar modificado se determina a partir del factor de sombra Fs en función del dispositivo de sombra, la fracción del hueco ocupada por el marco FM y el factor solar del vidrio g. En este caso si se tiene en cuenta el color del marco y la absorción de energía según éste.
F = Fs [(1-FM) g + FM 0,04 Um α

Eficacia de los diferentes sistemas para proporcionar sombra
Para poder clasificar los métodos de protección solar según categorías, es necesario fijar algún parámetro como valores medida (color medio, 50 % de transmisión de iluminación, etc). Así podemos obtener el orden de eficacia, de menor a mayor, que sería el siguiente:
-Persiana veneciana menos eficaz
-Persiana enrollable
-Cristal tintado
-Cortina aislante
-Pantalla de sombra
-Persiana exterior de lamas metálicas
-Capa protectora sobre superficie acristalada
-Árboles
-Protección externa
-Protección fija exterior
-Protección móvil exterior más eficaz

Localización de la protección con respecto al cerramiento
Las protecciones solares pueden estar localizadas en el interior o en el exterior del cerramiento. Actualmente contamos con soluciones en el interior de la cámara de aire de un doble acristalamiento aislante
Los sombreadores internos pueden ser: estores enrollables, persianas venecianas, cortinas, etc. Estos sistemas se utilizan generalmente para dar privacidad en el interior, al mismo tiempo que permite controlar la entrada de luz solar. Las protecciones interiores son en general más baratas, se encuentran bien protegidas y por tanto tienen mayor durabilidad y son fácilmente ajustables. Protegen a los ocupantes de la habitación de los rayos solares, pero no son efectivos para reducir las ganancias de calor. Esto es debido a que interceptan la radiación solar una vez ha traspasado el vidrio.
Cuando se emplean protecciones solares interiores se produce una reducción de la radiación solar directa incidente sobre los forjados y paramentos interiores, pero no se evita que la radiación atraviese el vidrio, iniciándose el efecto invernadero. La efectividad que tienen estos elementos depende de la capacidad que tengan para reflejar el exceso de radiación solar antes de que esta sea absorbida y convertida en calor dentro de la edificación. Por lo tanto pueden eliminar solo la parte de energía radiante que pueda reflejarse y pasar a través del vidrio nuevamente.
Existen sistemas que limitan el exceso de radiación solar utilizando persianas integradas en el acristalamiento. El sombreador integral instalado dentro de una doble o triple unidad de vidrio pretende combinar la ventaja de las protecciones interiores con la de los exteriores: el calor se disipa al exterior y el sombreador se mantiene protegido de las condiciones climáticas exteriores. Parte de la energía se reflejara, parte será trasmitida y otra parte absorbida. Esta porción absorbida se trasmitirá por convección y radiación tanto hacia el exterior como hacia el interior de la estancia.
Los sombreadores externos son más efectivos para proteger del Sol (hasta un 80%) ya que interceptan los rayos solares antes de que atraviesen el vidrio. Trasmiten al aire su porción de energía por convección y radiación. Son más caros en la instalación y mantenimiento. Para una misma ventana orientada hacia el mediodía y dependiendo de la ubicación de la protección solar, la temperatura no será la misma dentro de un local a acondicionar.
En invierno se busca una protección de los efectos de la luz (deslumbramiento) y no del calor, y por lo tanto es adecuado colocar los elementos de control solar en la cara interior del vidrio. Al contrario que en verano, que se quiere proteger del calor y por lo tanto se debe colocar en la cara exterior del vidrio y a ser posible separado para tener un entorno inmediato más fresco.
La cantidad de energía consumida en una edificación así como la ganancia de calor solar y la entrada de luz natural, puede controlarse también utilizando persianas automatizadas o utilizando diferentes materiales especiales con características particulares de difusión y refracción.
Protección solar de superficies opacas
En el caso de superficies opacas se recibe el 100% de la radiación y en función del color, parte se absorbe y parte se refleja. La parte absorbida comienza a calentar la masa y el calor viaja por esta por conducción para luego irradiar en el infrarrojo el interior del local y elevar su temperatura.
Esto que puede ser beneficioso en un clima frío o en el período frío del año en cualquier sitio de la tierra, se vuelve perjudicial en climas cálidos o en el período cálido. Este fenómeno tiende a sobrecalentar el interior de los locales por encima de los niveles de confort higrotérmico. Es en estas condiciones que se hace necesaria una protección solar.
Para conseguirlo se deben usar materiales de construcción de color claro altamente reflexivos además de, cuando sea posible, cubrir de vegetación algunas superficies de los paramentos verticales y/o cubiertas.
TIPOLOGÍAS DE PROTECCIÓN SOLAR
La selección de los tipos de protecciones solares a utilizar viene determinada, para cada clima concreto, por la superficie y orientación del acristalamiento. Los protectores solares deben adaptarse a la latitud del sitio, es decir, a la trayectoria y ángulo solar a lo largo del año.
Pantallas rígidas, parasoles, salientes y voladizos
El voladizo horizontal fijo elimina los rayos solares que tienen una mayor altura solar, pero reduce la entrada de luz natural siendo poco apropiado para orientaciones Este y Oeste. Tampoco es la solución mas apropiada en lugares donde existe un alto nivel de radiación y el exceso de calor es un problema, como es en las zonas cálidas en el sur de Europa (clima mediterráneo). Es recomendable que el voladizo horizontal cuente con una ventilación superior para evitar la acumulación del calor en las zonas cercanas al dintel del hueco. Para ángulos bajos de incidencia del sol, es decir, al amanecer los que provienen del este y al atardecer del oeste, los protectores solares verticales y frontales son adecuados para ventanas en fachadas sur, sureste y suroeste.
Los protectores solares fijos en ventanas son elementos que requieren una importante inversión económica inicial, por lo cual en muchos casos se descarta su aplicación. Sin embargo, es recomendable realizar una evaluación técnica y económica, debido a que este tipo de protectores, cuando están bien diseñados, reporta altos beneficios en la calidad térmica de los ambientes y en la disminución de la carga de enfriamiento del sistema de aire acondicionado.

Filtros solares: Celosías de lamas
Los sistemas de celosías o "brise soleils" son sistemas de lamas que permiten el paso de la luz (luminosidad) pero que, a la vez, impiden, total o parcialmente, la radiación solar directa en el interior del edificio en condiciones de verano.
Los materiales más utilizados son el aluminio, la madera y el PVC. En cuanto a la geometría de las lamas, las más comunes son la lama elíptica, la lama tipo Z y la lama arqueada. La lama elíptica, actualmente, es la más utilizada en el campo de la protección solar de fachadas, permitiendo la disposición de las lamas en vertical u horizontal, fijas o móviles, ya sean manuales o mediante motor eléctrico.
Las protecciones fijas tienen la ventaja de exigir poco mantenimiento y, si están bien diseñadas y dimensionadas, no se pueden utilizar incorrectamente equivocando sus funciones.
Debido al ángulo de incidencia solar, los dispositivos fijos horizontales son recomendables para fachadas con orientación Sur (en el hemisferio norte), para asegurar la protección solar durante el final de la primavera, todo el verano y principio del otoño.
La radiación solar directa con una baja altura solar (Este y Oeste) es más difícil de proteger. Las lamas verticales fijas, si son realmente efectivas, excluyen una gran parte de luz natural y obstruyen la visión, es preferible que sean lamas móviles.
En las fachadas con orientación Este u Oeste, al estar sometidas a una altura solar reducida, es preferible utilizar mecanismos verticales regulables para controlar la radiación directa solar y permitir la entrada de luz y las vistas en los momentos del día en los que la protección solar no sea necesaria. Una alternativa a las lamas móviles son las ventanas mallorquinas o contraventanas de lamas fijas, en las cuales las lamas están fijas a un bastidor. Este bastidor puede ser corredero o practicable Persiana Fija con Lamas Graduables Horizontales o Verticales. Constituida por una serie de lamas sobre bastidor, dispuestas en forma horizontal o vertical, las cuales ofrecen protección de vistas y la iluminación y ventilación graduables.
Lamas móviles
Los apantallamientos móviles son los que permiten una mejor interceptación de la radiación solar en cualquier orientación, ya que adaptan su posición y geometría a cada situación concreta. También permiten la captación flexible de la radiación solar directa en función de la época del año o la actividad que se vaya a desarrollar en el local a acondicionar. Es conveniente que estos protectores solares sean de buena calidad, ya que al estar situados a la intemperie van a ser continuamente atacados por el
sol, la lluvia, el viento y las altas y bajas temperaturas, estropeándose fácilmente sus mecanismos si no cuentan con una calidad aceptable.
Pantallas flexibles: Toldos y persianas exteriores
Para las ventanas expuestas al sol se puede disponer de elementos individuales de protección solar ligeros, como toldos o persianas exteriores, los cuales permiten controlar, a requerimiento de la ocupación del espacio, la cantidad de luz solar con entrada directa hacia el interior de las estancias; a la vez que reducir las ganancias de calor interno.
Los toldos constituyen uno de los mecanismos más clásicos de apantallamiento móvil exterior. Generalmente pueden ser verticales, horizontales o proyectados. Los apantallamientos móviles son los que permiten una mejor interceptación de la radiación solar en cualquier orientación, ya que adaptan su posición y geometría a cada situación concreta. Son flexibles en función de características variables como la época del año, ocupación o la actividad desarrollada en el local a ocupar.
Los mecanismos graduables son los que proporcionan un mejor resultado, ya que al poder adaptarlos al recorrido solar, que varía según las estaciones, permite conseguir sombra en verano y beneficios caloríficos en invierno. Las persianas enrollables con guía fija o articulada, (con lamas fijas o graduables) están constituidas por una serie de lamas articuladas unas con otras que en forma conjunta corren por unas guías laterales, deslizándose paralelamente al plano de la carpintería hasta enrollarse en un tambor ubicado en el dintel de la ventana. Las guías pueden ser fijas, articuladas o proyectantes al exterior. Las lamas se fabrican en madera, plástico o aluminio.
Las persianas exteriores, cuya función consiste en regular el paso de la luz al interior, sirven de protección a la radiación solar, gradúan la ventilación, ofrecen el cerramiento parcial de vistas y la protección y seguridad para evitar accesos forzados.
Cortinas, contraventanas interiores
Los arreglos interiores en ventanas, tales como cortinas, persianas interiores y pantallas, reducen las ganancias de calor al disminuir la cantidad de luz solar directa hacia el interior de los espacios. Sin embargo, estos elementos no trabajan tan eficientemente como las protecciones exteriores, debido a que el aire que circula entre el vidrio y el protector se calienta y, eventualmente, se transmite al interior del ambiente.
Adicionalmente, las protecciones interiores pueden reducir la temperatura interior, pues evitan el contacto de los rayos solares con los materiales de elevada masa térmica, como los forjados de hormigón. Las protecciones solares interiores protegen los muebles de la radiación directa. Estas protecciones solares se desarrollan en paralelo al vidrio y a poca distancia de éste, para formar una cámara de aire entre ambos que sirva para aumentar la resistencia térmica del hueco.
Son protecciones a la radiación solar y a su vez a la transmisión de calor. Inciden doblemente sobre el intercambio energético a través de los huecos acristalados: por una parte sirven para proteger del sol en condiciones de verano, obstruyéndolo total o parcialmente, y por otra parte reducen la transmisión térmica por las noches en condiciones de invierno.
Películas de control solar (vidrio de protección solar)
Un tipo de acristalamiento con una cierta coloración y capaz de absorber el calor intercepta alrededor de un 40% de la energía radiante. Esta característica representa una aportación considerable para permitir la disminución de la temperatura en verano, pero se traduce en una pérdida de calor útil en invierno.
Acristalamiento entintado: Los tonos que se emplean habitualmente son ahumados, carbón y gris. Estas películas están disponibles en varias intensidades dependiendo del grado de transmisión de luz y calor que se quiera rechazar.
Acristalamiento reflectante: Habitualmente dan tonos color plata, azul plata, bronce plata, oro plata, humo plata… Esta línea de películas reduce hasta un 83% el calor y el reflejo, el aspecto exterior es especular.
Los cristales de alto rendimiento o espectralmente selectivos reducen la cantidad de calor transmitido a través de las ventanas, a la vez que permiten el paso de altos niveles de luz visible. De esta manera puede reducirse la necesidad de energía para enfriamiento y, al mismo tiempo, se reducen las necesidades de luz eléctrica. Adicionalmente, este tipo de cristales reduce el deterioro de los muebles debido a la radiación ultravioleta. Se han desarrollado vidrios espectralmente selectivos y de baja emisividad (Low-e).
No todos son adecuados pero existen algunos sistemas de vidrio que han sido diseñados para climas templados y funcionan manteniendo los espacios fríos en verano y cálidos en invierno.
Es importante no confundir los vidrios espectralmente selectivos y Low-e con el color del vidrio. Los vidrios con tinte no reflejan la radiación infrarroja, por el contrario, la absorben. Al absorber la radiación se acumula calor que eventualmente puede ser reirradiado al interior como energía calórica. Algunos tintes oscuros admiten más calor que luz visible. Por ejemplo, un cristal con tinte color gris oscuro puede tener un alto factor solar y un bajo coeficiente de transmisión de luz natural. Adicionalmente, el color del cristal puede producir ambientes en penumbra y mayor consumo de energía y costos por iluminación. Los vidrios espectralmente selectivos y Low-e de colores verdes y azules transmiten mejor la luz solar
Vegetación como protección solar
La concentración de pavimentos y cemento en los barrios de la ciudad producen el efecto “isla de calor urbano” que causa problemas a la salud y molestias y aumenta las demandas de refrigeración de los edificios en verano. Este efecto puede ser reducido si se plantaran cantidades de vegetación en áreas densamente pobladas de la ciudad.
Los estudios más completos sobre la influencia que la vegetación tiene sobre presupuesto energético de las ciudades han sido llevados a cabo principalmente en climas templados en los países desarrollados. Los estudios en Chicago muestran que al incrementar el arbolado en la ciudad en un 10%, se reduce el uso de energía para calefacción y refrigeración entre un 5 y 10% (McPherson et al. 1994). Además, las áreas verdes urbanas pueden proveer bioenergía y otros substitutos de los combustibles fósiles suministrando así fuentes de energía renovable.
Para el verano, un árbol o planta que proyecte sombra sobre un edificio o ventana, puede ser la diferencia entre confort y disconfort. Evidentemente, los árboles de hojas caducas son el ideal para esta situación. Con hojas en verano, sin hojas y dejando pasar el sol en invierno para permitir la radiación directa desde el sur.
Los espacios abiertos en un terreno, aquellos que deja libre el edificio, deberán ser estudiados con cuidado pues si no reciben una buena cantidad de sol en invierno, probablemente nadie los utilice.
En el caso de las fachadas con orientación norte, resulta conveniente proteger el edificio contra el viento en condiciones de invierno situando vegetación de hoja perenne en las cercanías de la vivienda para así desviar el viento.
Recomendaciones
Como resumen, se puede establecer que los sistemas de voladizo o parasoles horizontales (equiparable a las lamas fijas) son convenientes para orientaciones a Sur ya que evitan la entrada del sol cuando éste se sitúa en el punto más alto de su recorrido. Para dimensionarlos habrá que tener en cuenta la altura solar a lo largo del año en la zona geográfica en que nos encontremos. Si se quiere conseguir que el sombreamiento se mantenga en las horas en que el sol incide sesgado sobre las fachadas de esta orientación (mañana y tarde) habrá que completarlo con parasoles verticales en los laterales del hueco.
Los sistemas de lamas verticales (y con lamas horizontales), tanto con lamas fijas como con lamas móviles, cubriendo la superficie del hueco de entrada de luz, son recomendables para orientaciones Sur. Con las lamas móviles, estos sistemas también funcionan perfectamente a Suroeste y Sureste.
Para orientaciones a Este y Oeste, donde la altura solar es escasa, los sistemas idóneos son los verticales que sobresalgan mucho de la fachada y con lamas verticales. La solución más efectiva son los apantallamientos móviles que se mueven buscando la posición del sol en azimut. Los parasoles horizontales no son efectivos para orientaciones a Este u Oeste.
El parasol ajustable evita algunos de estos problemas. Lamas exteriores, estores enrollables, persianas venecianas, etc., pueden estar abiertas en gran parte del día y cerrarse sólo cuando los rayos solares lo hagan recomendable. En las fachadas orientadas al este y al oeste, las lamas horizontales deben estar completamente cerradas para bloquear los rayos solares, mientras que las lamas verticales pueden estar parcialmente abiertas para permitir el paso de los rayos reflejados o difusos desde el norte, bloqueando al mismo tiempo la radiación directa. Sistemas completamente automatizados, los cuales responden a los cambios del ángulo solar, niveles de temperatura y/o luz, podrían ser particularmente adecuados para sistemas exteriores.